Las palabras de Cristo fueron escandalizantés. Estaba proclamando que tendríamos que comer de su carne y beber de su sangre para tener vida eterna. Que El era el pan que habia bajado del cielo. ¿Quién lo podría creer?
“Si los ángeles pudieran estar celosos de los hombres, seria por solo una razón: La Sagrada Comunión.” San Maximiliano Kolbe
Hay veces los misterios de la fe se nos hacen muy difícil de creer. Queremos ver y tocar para creer. Somos humanos. Pero la fe entonces no sería “fe” si todo fuera visible y fácil de entender. Creemos en un Dios que creo al mundo de nada. Dios se hizo hombre. Dios puede hacer todo. Entonces porque no puede darnos de comer de su carne y beber de su sangre.
Fue muy difícil esta verdad para muchos discípulos de Cristo y realmente fue demasiado para creer. Se alejaren y regresaron a sus vidas normales. Entonces les pregunto a los doce apóstoles, la pregunta que también nos podría preguntar a nosotros.
Jesús preguntó entonces a los Doce, “¿También ustedes quieren irse?” Juan 6:67
Simón Pedro le respondió, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios”. Juan 6:68-69
¿Qué le respondes tú?
“La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento, “no se conoce por los sentidos, dice santo Tomás, sino sólo por la fe , la cual se apoya en la autoridad de Dios”. Por ello, comentando el texto de san Lucas 22, 19: “Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros”, san Cirilo declara: “No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Salvador, porque Él, que es la Verdad, no miente” Catecismo de la Iglesia Católica 1381
A pesar de que muchos llegan a reconocer la verdad completa del evangelio y se acercan a la mesa del Señor en la fe Católica, algunos de nuestros hermanos y hermanas Católicos de alejan. Sera porque no les gusta el padre, buscan algo más entretenido, alguna experiencia desagradable, o tal vez no comprenden “tantas reglas”. Pero sea lo que sea la razón, se alejen de Jesucristo en la presencia verdadera, de la comunión con El.
Cuando hablamos de la presencia verdadera (que es cuando Jesucristo está presente en el pan y el vino, consagrado en la misa a través del Espíritu Santo) no estamos diciendo que Jesucristo no está realmente presente en otras formas. Por ejemplo Su palabra, entre los que se juntan en Su nombre, o en oración. Lo que si estamos diciendo es que la presencia verdadera en la Eucaristía, es la presencia más substancial. Es la verdadera y máxima comunión con Jesucristo.
Nos llena de Vida y de Luz. Su sangre corre por nuestras venas. ¿Lo puedes creer? Es verdad. Porque Él nos amó tanto que deseo quedarse con nosotros hasta fin.
No es un símbolo. Es El, realmente presente, y tú como católico tienes ese privilegio. También tienes el privilegio de adorarlo en el Santísimo. Ve a Él. Te espera. Pero ve a Él con respeto y reverencia, como se merece nuestro amado. Tampoco no le robes a los demás esta verdad. Proclámala e invita a todos a la mesa. Es para todos. No es algo raro que nuestros hermanos Bautistas, Metodistas, u otros protestantes se conviertan Católicos. Es algo mucho más muy común de lo que piensas.
Se ha dicho que la persona que realmente busca la verdad, con el tiempo, se encuentra en la Iglesia Católica.
Si creemos esta verdad y la conocemos, porque no querríamos compartir y gritar al mundo. “¡Aquí este Cristo! Sé que lo amas y deseo esta comunión para ti también.”