Esta semana recordamos los eventos trágicos que sucedieron hace 11 anos. Ese día en Septiembre del año 2011 marcara un día inolvidable en nuestras vidas. Con incredulidad, tristeza, y temor miramos las torres gemelas caer. Muchas personas murieron ese día, incluyendo muchos héroes – y nunca olvidaremos ese día y esas personas. Seguimos rezando por ellos quienes murieron, sus familias, y por los que causaron tanto sufrimiento. Si, también por ellos. Aunque nunca podamos entender por qué y cómo pudieron hacer lo que hicieron, es nuestro deber como cristianos y católicos, perdonar y rezar por ellos también.
Salí de viaje por avión este 11 de Septiembre, y no pude evitar pensar que cada uno de nosotros viajamos por el mismo camino – hacia el fin de nuestras vidas. Es parte de la vida. No sabemos cuándo, ni donde, ni como, pero ese día llegara. La pregunta más importante es – ¿Cual es nuestro destino? Porque hay dos destinos al fin de esta vida. Uno es vivir con Dios por una eternidad y el otro es vivir sin Dios por una eternidad. No se tu, pero yo quiero ir con Dios. Para poder amarlo, ser amado por El, y estar con todos los Santos y mis seres queridos en su reino para siempre.
¿Que nos ensena la Iglesia del propósito de esta vida? Que estamos en esta vida para amar y conocer a Dios y servirlo en esta vida para poder estar con Él en la vida siguiente. Este mundo nos dice, “Vive, haz lo que quieras por que la vida es corta”,” Disfruta ahorita que hay vida”. Y si, no dejemos de agradecer y disfrutar todas las bendiciones que nos ha dado a cada momento, pero con las metas principales – AMAR, CONOCER Y SERVIR A DIOS.
Estoy leyendo un libro del Venerable Fulton J. Sheen y acabo de leer una parte que me recuerda lo que dice la biblia. Estas palabras, siempre me ponen a pensar seriamente en como estoy viviendo esta vida.
“Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca. . .Yo reprendo y corrijo a los que amo. Vamos, anímate y conviértete.” Apocalipsis 3: 15-16, 19
Hay dos formas de vivir – blanco y negro. ¡No hay gris! Esta vida nos confunde con sus ideas y empezamos a conformarnos con ser. . . .pues más o menos buenas gentes. Nos creemos la mentiras clásicas – “No he matado a nadie” y “Yo Creo en Dios”. Y nos olvidamos que hay cosas equivalentes a matar, como el odio y el coraje. Y si hablamos de “creer”, pues hasta el diablo mismo cree en Dios.
“¿Tú crees que hay un solo Dios? Pues muy bien, pero eso lo creen también los demonios y tiemblan.” Carta de Santiago 2,19
Si verdaderamente creemos en el Evangelio, lo tenemos que aceptar completamente, no en partes, según lo que nos conviene.
Ahora, que tenemos un día más de vida, tomemos una decisión. ¿Para cual destino nos estamos preparando? Esta vida es corta, pero la eternidad no tiene final. Y como padres, esposos, hijos, hermanos, y amigos, tenemos la responsabilidad de ayudar a quienes amamos, para que lleguen al cielo, si los amamos realmente. Porque eso no lo dejo muy claro, Jesucristo, que amemos a los demás, si es que verdaderamente lo amamos a Él.
Tenemos que vivir cada día como si mañana no existe. No en el sentido de que, vámonos de parranda y voy hacer lo que me da la gana porque hoy es mi oportunidad, sino que debemos vivir por Dios hoy, porque El nos ama tanto, que hace 2000 anos El murió por nosotros para que estuviéramos con Él para siempre. ¿Vale la pena vivir esta vida de una manera como si no hubiera hecho eso por nosotros?