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Aborto y Política, ¿cómo debemos participar?

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From Flickr by fixlr

Desde que estaba en preparatoria me ha gustado la apologética. En ese entonces, yo prefería el debate y discusión, sobre todo con los Testigos de Jehová que visitaban la casa de mis padres. Con los años, mis estrategias han cambiado y últimamente he preferido entablar un dialogo con ellos en el cual trato de aprender la posición que tienen con respecto a ciertos temas sociales, como por ejemplo aborto, anticonceptivos, y pena de muerte.

Hace unos meses, nos visitaron dos mujeres, Testigos de Jehová, las cuales venían como todos ellos ofreciendo su revista “Atalaya” y tratando de entablar una conversación por medio de un tema social principalmente referente a justicia social y/o el fin del mundo. En esta ocasión, yo decidí desviar la conversación hacia el tema pro-vida y hablar sobre el aborto. Ellas rápidamente presentaron su doctrina, la cual condena el aborto y protege a la vida del bebe en el seno de la madre. Ellos hacen referencia al Salmo 139:13-16 en donde su traducción de la Biblia dice: “[Tú, Jehová,] me tuviste cubierto en forma protectora en el vientre de mi madre […] Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas.” (Traducción del Nuevo Mundo) Sin tomar en cuenta que esta traducción de la Biblia tiene graves problemas y que claramente ha sido alterada para apoyar sus doctrinas anti-cristianas, en esta ocasión este rechazo al aborto es un vínculo que nos une y algo en lo que estamos totalmente de acuerdo.

Una vez que encontramos este punto común, platicamos del holocausto que este crimen ha causado en este país y los daños tan graves a la sociedad actual. En esta ocasión teníamos un diálogo amigable en el cual compartíamos un terreno común en el que podíamos ayudarnos y apoyarnos mutuamente a cambiar la sociedad. Desafortunadamente, esto no es del todo cierto, ya que una vez que llegamos a platicar de formas y maneras prácticas de lograr este cambio. Ellos tienen un problema grave al considerar al gobierno una extensión de la soberanía de Satanás como “el gobernante del mundo.” (Cfr. Razonamiento a partir de las Escrituras, 1989, pg. 174) Este entendimiento incorrecto del gobierno, causa que tomen una posición completamente de espectador, cuando el movimiento pro-vida trata de cambiar o detener las propuestas o leyes que aprueban este crimen e incluso cuando inicia o promueve propuestas y leyes que protegen a la vida. Debido a esta doctrina, ellos no pueden tener ninguna participación con nada respecto a leyes, gobierno, representantes, etc., ya que, es un vínculo directo con el gobierno de este mundo.

El Evangelio de la Misa del Domingo (16 de Octubre de 2011) nos habla de Jesús contestando a los fariseos y partidarios de Herodes de darle “al César las cosas del César y a Dios lo que corresponde a Dios.” (Cfr. Mateo 22:15-22) Nuestro Señor reconoce que existen cosas de este mundo que deben quedarse en este mundo y pertenecen a este mundo. Sin embargo, es claro que existe otras que corresponden a Dios y que son de Él. De todas las cosas que existen en el mundo, la más clara que corresponde a Dios es el hombre. Nosotros estamos hechos a imagen y semejanza de Dios (Cfr. Génesis 1:27) lo cual significa que así como esa moneda que se utilizaba en Roma para pagar los impuestos tenía la imagen del César, así nosotros somos “acuñados” a imagen de Dios. Por lo que, en el caso del respeto de la vida no existe campo para negociar y hacerse a un lado e ignorar la participación que se debe para defenderla.

Por lo tanto, es crítico conocer las propuestas de ley que se quieren presentar a los legisladores ya sea para proteger a la vida o para promover el aborto o cualquier otro crimen en esta área como la eutanasia. Como católico tenemos la responsabilidad cívica de conocer estas propuestas y participar activamente en el proceso legal haciendo saber nuestra posición en cada una de ellas. La manera principal de participar es contactando a los representantes locales, estatales y federales correspondientes al área geográfica donde uno vive, y haciéndoles ver por medio de llamadas telefónicas, correos electrónicos e inclusive cartas, ya sea que, apoyen propuestas que protegen a la vida o rechacen aquellas que la dañen.

No podemos tomar la posición que desafortunadamente los Testigos de Jehová han tomado de ver la batalla política y legal desde las tribunas sin querer meter la mano. En este momento en que la sociedad requiere y exige una presencia firme del cristianismo en el mundo, debemos como católicos participar activamente del proceso. No está bien simplemente hacernos llamar pro-vida, debemos participar de toda manera legal para lograr que la sociedad respete la vida humana desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.

En el estado de Texas, “Texas Alliance for Life” (TAL) es una de las mejores organizaciones que dedica sus esfuerzos para proteger la vida en todas sus fases por medio de programas de educación, políticas pública y apoyando otras alternativas como la adopción. Constantemente en su sitio de Internet tienen información sobre aquellas propuestas que afectan a la vida a todo nivel desde el federal hasta el local. Desde hace muchos años, mi esposa y yo los apoyamos y gracias a ellos hemos paulatinamente aprendido a participar en el ámbito legal de este país. Como ciudadanos tenemos el derecho y la responsabilidad de estar informados de los problemas que afectan a nuestra comunidad y participar en el proceso democrático.

Exhorto a toda persona que reflexione y analice su participación en el movimiento pro-vida. Si descubre que la ha hecho falta involucrarse activamente en el ámbito político y legal, lo invito a visitar TAL e informarse de las maneras como puede participar y expresar su opinión. Involúcrese en campañas como “40 días por la vida”, participe en marchas por la vida y conozca a sus representantes y exíjales que su voto en el Congreso tanto estatal como federal sea siempre a favor de la vida.

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