El otro día andaba mi hija cante y cante una canción de Michael Jackson They Don’t Really Care About Us (Realmente No Se Preocupan Por Nosotros). No voy explicar cómo fue a dar con esta canción porque eso es otra historia. Después de varios minutos le dije que esa canción sonaba muy negativa (prefiero pensar que tal vez era por la semana que estaba pasando y no necesariamente porque me estoy haciendo más viejita). Ella procedió a explicarme que tal vez se trataba de grupos que realmente no quieren a las personas. Le dije, “No sé, pero me molesta escuchar este mensaje porque conozco a muchas personas que realmente si les importa ayudar a los demás y esa canción se enfoca en lo contrario.”
Unos días atrás había fallecido una muy querida señora de la Sociedad de St. Vincent De Paul en nuestra parroquia. Esta señora tenía 82 años y ni lo parecía. Fielmente ayudó por varios años en esta organización que se enfoca en ayudar a familias necesitadas de nuestra comunidad. Yo solo he estado envuelta en esta organización por un año pero en este corto tiempo vi la persona que fue ella. Recuerdo cuando me dijo que tenía diabetes y que le estaban haciendo tratamiento de diálisis. Yo ni cuenta me daba. Como me iba dar cuenta si esta señora seguía trabajando en la iglesia como si no tuviera ninguna enfermedad.
Por eso cuando nos mandaron el mensaje de que estaba muy enferma, era difícil creer que no lo veríamos en la iglesia de nuevo. Mi esposo y mi hija fueron conmigo a visitarle poco antes de que falleciera. Ellos también le habían tomado cariño solo con verla en los domingos y en unas pocas conversaciones después de misa.
Ella no estaba platicando y alerta como antes pero se sentía una inmensa paz ahí con ella. Le estaban tocando música religiosa muy alegre en un radio y en la mesa a su lado estaba una cruz y unas oraciones. Rezamos una coronilla de la Divina Misericordia por ella. Me fijé en el reloj y eran las 3 de la tarde, la hora de misericordia (la hora en cual nuestro Señor murió). Es en un momento como ese, es cuando las palabras “Jesús En Ti Confió” toman un significado nuevo. Nuestra vida entera caminamos hacia ese momento final y gracias a Dios por vencer a la muerte en la cruz.
Cuando se nos va alguien como ella, se da uno cuenta de que una vida que es entregada a los demás es la mejor forma de vivir. Es la única forma de vivir realmente. Al momento que partimos de este mundo y nos vamos hacia los brazos de Jesucristo, que podrá ser más importante que llegar con un corazón lleno de amor para compartir en el cielo.
Por los ejemplos como ella y de tantas otras personas, yo no puedo decir “They don’t really care about us.” Aunque va haber quienes no les preocupe los demás, siempre va haber manos listas para dar amor. La luz siempre va brillar más que la oscuridad. Solo hay que buscarla, seguirla, y vivir en esa luz. Sera por esto que cuando se nos va un pedacito de luz al cielo, duele tanto. Se siente que se va un pedacito de nosotros y es así porque juntos somos un solo cuerpo de Cristo.