Maleta lista. Boletos listos. Y la rutina – la dejamos en casa. Así es como pasa por lo regular. Inclusive tal vez ni nos cruza por la menta ir a misa el domingo que andamos lejos de casa. Con tantos detalles o por andar en lugares fuera de lo normal, puede ser que rezar sea lo último que se nos ocurra.
¿Quien nos da la vida para disfrutar otro día más? – Dios ¿Quien nos cuida para llegar bien a donde vamos? – Dios. ¿El es lo más importante de nuestras vidas a todo momento o solo en un día normal? Andamos de vacaciones . . . y vamos para divertirnos o si no es viaje de vacaciones, andamos con otras preocupaciones. ¿Pensamos que Diosito entiende y pues en realidad quien es tan bueno así que ni en vacaciones falta a misa?
No se trata de ser bueno. Se trata de una relación importante. Voy usar el ejemplo similar al que uso el padre de la iglesia el otro día. Vamos a decir que salimos de viaje solo(a) y sin familia y no le llamamos a nuestra(o) esposo(a) en todo ese tiempo. ¿Así le hacemos? Creo hubiera un problema en esa relación si así fuera. Por lo menos debemos rezar diariamente, estando lejos de casa.
Un compañero de trabajo me dijo el otro día que en un viaje que tomo fuera del país, la iglesia más cercana estaba a una hora y tuvo que pagar como 100 dólares americanos para el taxi que lo llevo y lo espero para regresar. Pensé entre mi, “Ahora no tengo escusa para no ir a misa al andar lejos de casa.” Este señor hubiera podido usar la escusa de que no había iglesia cerca. ¿Y quien va pagar 100 dólares para un taxi (tal vez usar dinero que se iba usar para otras cosas)? Es obvio que nada iba impedir que este señor llegara a misa el domingo para celebrar la Santa Misa y recibir comunión.
Esta semana ando lejos de casa y antes de salir, hice una búsqueda rápida por el internet para investigar qué iglesia me quedaría cerca. Rápido la encontré. Se puede buscar por un teléfono que tenga internet también. No es muy complicado. Cuando estoy en casa me gusta ir a misa entre semana cuando hay oportunidad o pasar tiempo frente al Santísimo en oración. ¿También lo puedo hacer en una iglesia en otra ciudad, no? Hay veces que va ser más difíciles pero hay que hacer el intento.
Lo hermosísimo de nuestra fe Católica es que la misa es universal. A donde vayamos, la misa es la misma. Jesucristo está presente en la Eucaristía donde quiera que vayamos. El agua bendita, el altar, las imágenes, las velas frente a la Virgen María, hasta los ruidos son similares. La iglesia a la que fui hoy, estaba llena de actividades. Fui para esta un rato en la capilla. En la entrada de la iglesia, los niños llegaban a sus clases de catecismo, se escuchaba un coro ensayando en la iglesia principal, y en un cuarto de niños, una maestra platicaba con alguien en español. Lejos de mi familia y mi casita, me sentía. . . pues. . . en casa.