No era un partido de futbol, ni un concierto de un artista famoso . . . sino el humo blanco de una chimenea y el anuncio de un Papa nuevo. Los gritos, las porras, y los aplausos eran para el sucesor de San Pedro y eran las imágenes en las pantallas de televisión y computadores por todo el mundo ayer por la tarde.
Esta emoción y felicidad no es simplemente porque tenemos un líder nuevo. ¡El fuego de ese júbilo es nuestra fe en Cristo! Los medios pueden decir lo que quieran, pueden analizar todo lo que quieran pero la verdad es que hay algo más grande que todos nosotros detrás de todo esto.
El Espíritu Santo nos ha acompañado desde ese día de Pentecostés cuando Pedro inició su evangelización a y la Iglesia Católica. En solo un día, unas tres mil personas fueron bautizadas en Nombre del Padre, Hijo, e Espíritu Santo. Ahora, el Espíritu Santo nos ha dado un Papa Latino, equipado con sus propios dones y virtudes. No deja de sorprendernos las acciones del Espíritu Santo, pero es evidente que sabe exactamente que necesita la Iglesia a cada paso.
Lo primero que hizo el Papa, fue poner al mundo a rezar y recordarnos de orar unos por los otros. Su humildad y su historia nos dicen que por ahí en el futuro no muy lejano, nos esperan unas buenas lecciones de cómo ser mejores Católicos y seguidores de Cristo.
El Papa Emiritus Benedicto XVI nos motivó a tener un verdadero encuentro con Cristo y nos empujó aún más a la nueva evangelización. Ahora, creo nos espera una enseñanza de amor más profunda que nos llevara a una extensión de lo que inicio el beato Juan Pablo Segundo y El Papa Emiritus Benedicto XVI. No es el momento para quedarnos dormidos. ¡Este es un momento maravilloso! Cristo es nuestro Rey hay que llevar estas buenas nuevas a todas partes del mundo.
Nuestro Papa Francisco es un reformador, pero no del que se imagina el mundo secular. Viene a reformarnos en corazón y en acciones. Es un fuerte defensor de la verdad en nuestra fe pero con un corazón humilde y lleno de compasión. ¡Qué bueno es el amor de Dios, que provee a Su iglesia con otro buen pastor!
Hay que rezar mucho por él y por toda la Iglesia. Hay mucho que hacer como discípulos de Cristo pero también hay mucho que aprender. Me parece muy apropiado que haya pasado el nuevo Papa Francisco a la capilla para estar con Cristo antes de salir al balcón a saludar al mundo. Así también nosotros, que no se nos olvide que ese tiempo con Cristo es valioso y necesario antes de iniciar cada paso que tomamos en nuestro camino.
¡Que Viva el Papa!