Tanto amo Dios al mundo que entrego su Hijo Único, para que todo el que crea en Él no se pierda sino que tenga vida eterna. (Juan 3,16)
Este Febrero 22, es Miércoles de Ceniza. Es el día en que vamos a la iglesia para que nos impongan las cenizas en la frente e iniciamos la Cuaresma. Este tiempo que se acerca nos puede ayudar mucho en nuestro camino espiritual. Tenemos 40 días para caminar al lado de nuestro Señor y tener un verdadero encuentro personal con El.
Las Cenizas
Escuchamos “Recuerda de que polvo eres y en polvo te convertirás”. Palabras que nos recuerdan de nuestra muerte, de nuestra mortalidad. También, que somos pecadores y necesitamos a Dios. Somos frágiles y fácilmente podemos caer en tentación, pero sabemos que Él es nuestra fuerza para superar lo malo en este mundo. Aun más importante, las cenizas nos recuerdan de la promesa de la resurrección. Sabemos que hay un Domingo de Pascua que nos espera al final de cuaresma. Recibimos las cenizas humildemente, recordando la esperanza de la vida gloriosa después de la muerte.
Los 40 Días
Cada domingo en la Santa misa, conmemoramos la muerte de Jesús y celebramos su resurrección. En los cuarenta días de la Cuaresma, podemos vivir esto más intensamente y aprender más de Jesucristo. Los padres, obispos, y el Papa nos recuerdan que es un tiempo para oración, ayuno, y para dar caridad. Estos actos siempre son importante en nuestra vida cristiana, pero, hacerlo en este tiempo, recordando lo que fue hecho por nosotros, les da un significado profundo. Nos ayudan ha convertir nuestros corazones en un verdadero hogar para nuestro salvador y redentor.
Mejorar mi corazón, mi mente, y mis actos
En esta temporada que se aproxima somos llamados a la conversión porque sabemos que siempre podemos servirlo mejor. Alomejor ya vivimos una vida espiritual, pero si realmente Jesús es el dueño de nuestros corazones y es Señor de nuestras vidas, hay mucho que se puede hacer. Principalmente y diariamente, leer su palabra, pasar tiempo con El en oración, y escucharlo en nuestros corazones. Hay que hacer esto para vivirlo.
También hay que reflejar en nuestras acciones, no solo los domingos, sino en el trabajo, en nuestro tiempo libre, y en nuestros hogares. El sacramento de la confesión es algo que tenemos en la iglesia que nos ayuda inmensamente a examinar nuestras acciones. Puedo decir que yo a solas le confieso a Dios mis pecados pero, cuando esta uno en oración, haciendo esa examinación de la conciencia, y lo hablamos en la confesión (frente al padre quien esta ahí para representar a Jesús) el Espíritu Santo nos ayuda a reconocer cuantas cosas hacemos que lastima a los demás y a nuestra relación con Dios. Cuando lo reconocemos, podemos hacer el intento con la ayuda de Dios, de no hacerlo más. Él es misericordioso y nos perdona porque nos ama. La confesión nos recuerda esto y también nos ayuda a perdonar a los demás.
Preparar mi alma para El
El ayuno es algo que nos puede ayudar mucho en nuestra vida espiritual. Se hace con el intento de deshacernos del egoísmo y amor propio. No es para castigarnos, sino que quita el enfoque de lo físico y material para mirar hacia el cielo y enfocarnos en El. Cuando no podemos controlar los físico, es difícil mirar otra cosa mas que eso que deseamos comer o disfrutar. La cuaresma es una oportunidad para librarnos de esos deseos físicos que sinceramente nos tienen como esclavos y a tener una disciplina que nos ayuda en el espíritu. Nos ayuda ver que Jesús es quien satisface todas nuestras necesidades.
Servir a los demás
Hay muchas oportunidades para la caridad. Podemos dejar de comprar algo o gastar menos en algo para dar a quien tiene una necesidad verdadera. Si tenemos demasiado (cual es muy posible) hay que regalarlo – ropa, artículos, comida, etc. También podemos servir con nuestro tiempo. Muchas organizaciones caritativas siempre están buscando quienes pueden donar de su tiempo. Además, hay que buscar esas oportunidades en cada día que podemos ayudar a los demás, aunque sea muy pequeña la ayuda, hay que darla. Haciendo esto ponemos nuestra atención en Dios y en los demás. Nos olvidamos de nosotros mismos y vemos la cara de Dios en los demás. Pasamos nuestros días ocupados. Hay que tomar el día paso a paso y hacer pausa para dar una sonrisa, un abrazo, o hacer una oración por alguien quien esta pasando por dificultades.
Escuchar con el corazón
Hay que alejarnos de los ruidos de este mundo par estar en silencio con El. Cuando se lean las lecturas de esta temporada, escucharemos eventos en la Biblia que hemos escuchado por muchos anos. Si abrimos nuestros corazones a escucharlas con el corazón, podemos entender más lo que estamos escuchando de la vida de Jesús. El murió en la cruz por nosotros para que tengamos vida eterna y pasó su tiempo en esta tierra dando muchos ejemplos de como amar y vivir.
Les deseo una muy buena cuaresma. Que sea una temporada de muchos frutos. Esperemos que cuando lleguen los últimos días de la semana santa, estemos más fuertes en nuestra fe y que hayamos aprendido a ser mejores discípulos de Cristo.