¿Cuantos de nosotros vamos a una película de terror o a una casa de espanto para aterrorizarnos? Si claro, es por un momento, pero ahí vamos, pagamos dinero, y tenemos un momento de aventura, corre la adrenalina o nos divertimos un poco, pero al fin, con menos dinero en la cartera.
La semana pasada escuche un programa de radio donde con mucha razón, explicaron que realmente en nuestra fe, no debe haber temor. ¿Entonces porque buscar darnos miedo? El miedo no viene de Dios. Si leemos la Biblia, vemos que a través de todas las escrituras, Dios nos dice “No temas”. Entre la felicidad de esta vida, todos vamos a tener desafíos – inseguridad por lo incierto, problemas en nuestras familias, enfermedades, debilidades personales, miedo a perder lo que tenemos, temor que no vamos a cumplir con nuestras responsabilidades, etc. Además, como seguidores de Jesús, a veces nos sentimos incapaces frente a los grandes problemas de este mundo, como las injusticias, el ataque a la fe y a la Iglesia, y la falta de verdad en el mundo.
La primera lectura de hoy hable de David y su confrontamiento a Goliat, el filisteo gigante. ¡Que valentía y confianza en Dios!
David dijo a Saúl: ¡No hay por qué tenerle miedo a ése! Yo, tu servidor, iré a pelear con ese filisteo 1 Samuel 17, 32
¿Como salió a la batalla sin pensarlo dos veces? Él sabía que Dios siempre lo había cuidado y le había dado la gracia para batallas anteriores. Tenia fe completa un El. Y así fue, con solo una honda y una piedra, derroto al gigante. Así debemos vivir todos los días, enfrentando cualquier problema y listos para proclamar la verdad.
Yo como muchos, me encontrado en momentos donde me pega el miedo. ¿Que debemos hacer en esos instantes o etapas de nuestras vidas? ¿Escondernos o quedarnos inmovible hasta que se nos pase el miedo? ¡No! ¿Porque temer? Dios esta a nuestro lado. ¿Qué hay que Dios no pueda vencer? Los problemas- no, el pecado – no, el enemigo – menos. Hay que pelear la batalla con lo que nos ha dado Dios. El Espíritu Santo esta con nosotros para guiarnos e ensenarnos lo que hay que hacer. Tenemos un ejército completo en los ángeles, nuestra Madre María y los santos que rezan por nosotros. Y no olvidemos nuestras oraciones.
Lo único a lo que si hay que tenerle miedo, es a vivir esta vida sin Dios. Porque cosas malas, humanas y espirituales, si hay en este mundo. Sin Dios, todo es más difícil y no hay esperanza. Al fin de nuestras vidas tendremos que dar cuantas de lo que hemos o no hemos hecho. El muy conocido obispo Fulton Sheen, lo explico así una vez en un discurso: Hay muchos caminos de los cuales podemos elegir, pero al final de cada de una de nuestras vidas, va haber una de dos caras que nos va recibir, y sea cual sea de estas dos que nos reciba, va decir “¡Este es mio!”
Hay una película reciente y que ahora esta disponible para comprar o alquilar. Quizás la hayan visto, pero si no la han visto, la recomiendo. La película se llama Courageous (puede verse con subtítulos en Español). Se trata de un grupo de hombres policías que aprenden a vivir sus vidas con valentía. La película tiene un poco de todo; acción, diversión, sentimiento, pero sobre todo, inspiración. Vale la pena tomar dos horas para verla.
Igual que los protagonistas de la película, somos llamados a ser valientes. Esto quiere decir que con la ayuda de Dios podemos ser buenos padres, tener buenos matrimonios. Él nos da la capacidad de ser buenos servidores en nuestros hogares, nuestros trabajos, y nuestra comunidad. También nos da la fuerza para cargar cualquier cruz con alegría y ser buenos discípulos, listos para evangelizar. Seamos como David en nuestras vidas y dejemos que Dios nos ayude a derrotar todos los gigantes que hay que enfrentar. ¡Seamos un verdadero valiente!